jueves, 29 de diciembre de 2016

Volviendo a escribir...

Hola a todos los lectores, sé que ha pasado más de un año en que no publico nada de nada y de verdad que lo lamento. Pero como es fin de año y tengo un asunto en la cabeza que no me puedo sacar, quiero empezar a escribir con un conteo de las cosas importantes de mi vida.

Hace 8 años empecé a leer mangas yaoi (cómics japoneses de temática homosexual entre hombres) y  poco después empecé a escribir fanfictions. Hace 5 años salí del colegio para pocos meses después entrar en la universidad y estudiar arquitectura. Duré solamente 2 años en la carrera, dentro de los cuales empecé el tratamiento para mi depresión. Luego me cambié a estudiar traducción y voy por los 3 años invicta (es decir, sin reprobar una materia).

Bueno, este conteo fue sobre actividades de mi vida o algo así, pero de todos modos me pareció interesante de escribir. En tan solo 8 años he vivido mi vida y experimentado un sinnúmero de sucesos. Salir del colegio fue un gran paso. No me atrevo a decir que mi vida escolar fue mala, complicada sí, pero mala no. Sigo viva, con eso me basta. Para alguien que ha lidiado con depresión durante tanto tiempo, seguir vivo es destacable. Volviendo al tema. Cuando uno sale del colegio, generalmente, tiene la oportunidad de expandir su "burbuja social" y eso es bueno, creces a tu ritmo y a tu manera, conoces gente distinta a la de tu colegio, gente que te agrade y gente que te desagrade, aprendes a tratar con distintas personalidades y aprendes más sobre ti. Hay muchas cosas que nunca aprenderás en el colegio sino que en el transcurso de tu vida.

Por mi parte, como pasé una vida escolar bastante solidaria tuve que aprender a hacer amigos y conocidos en la universidad. No saben cuántas veces me han dicho rara y menos cuántas he metido la pata y a fondo. Hay cosas que aún me dan vergüenza recordar. Pero es parte del crecer. Y aquí vienen mis 5 años creciendo como persona.

En un lapso de 5 años he aprendido a relacionarme con otros, conocí la muerte de 2 mascotas y 1 familiar muy cercano. Lloré las 3 muertes con el corazón roto. Y mi vida continuó. Continúa. Aprendí también qué tan delicado es el cuerpo, cómo se nublan los sentidos cuando cortas tu propia piel y ves la carne ensangrentada entre un tajo de la piel, conocí en el proceso una sala de urgencias bastante perturbadora y triste. Aun recuerdo lo indiferente que estuve en esa situación, me cerré tanto en mi misma esa vez que no recuerdo exactamente el orden de los sucesos, es extraño, en mi memoria esa noche se volvió un escenario en el que nunca estuve presente mentalmente, estando físicamente presente. Mi brazo es testimonio del hecho. También aprendí a trabajar. Y también algunas leyes de trabajo en Chile. Irónicamente, aprendí que me gustaba atender a público, a pesar de mi personalidad reservada. El tratamiento de la depresión me impulsó a buscar y hacer lo que quiera, a pensar por mí y para mí sin lastimar a los que me rodean. Esto significó que me hiciera responsable de mis acciones y mis palabras. Es demasiado fácil culpar a los demás de tus fracasos y penas aun cuando nadie influyó en ti. Gracias a la muerte de mi abuela, quien fue por lejos más cercana a mi que mi propia madre, comprendí lo importante que era vivir. Mi abuela cuidaba mucho sus palabras y su trato con los demás. Ella vivía según el dicho "si no tienes nada bueno que decir, mejor no hables" y en su funeral lo pude experimentar. Es cierto, ningún muerto es malo, pero lo que experimenté no fueron las palabras lindas de los que fueron a despedirla sino que me di cuenta que los conocía a casi todos por las historias de mi abuela. Ese día me di cuenta de lo fuerte que debió ser mi abuela. Es tan fácil quejarse y criticar a otros, pero (conmigo al menos) ella siempre fue capaz de rescatar lo bueno de las personas. Para mí, una persona depresiva que está más cómoda tirando mierda a otros, fue una revelación. Me di cuenta de lo importante que es tener gente que te conozca, lo importante que es tratarles bien y lo consolador que es para los que están en pleno duelo. Pensé, si algo fuera a pasarme, quisiera que mi familia y amigos me despidan con una sonrisa y que sean capaces de acompañarse en el duelo, que tengan el consuelo de que viví.

Hace pocas semanas intenté salir con alguien, interesarme románticamente. Me siento lo suficientemente estable como para relajarme y confiar en otra persona, y lo hice, pero no pudimos durar, no me di cuenta de la inestabilidad de la otra persona. No digo que él sea una persona débil, al contrario, creo que tiene una fuerza interior impresionante para seguir adelante. Lo que digo es que carga con muchas sombras y por ellas no se permite avanzar. Y me preocupa. De a poco he percibido algunas, pero él nunca se ha tomado el tiempo de contarlas, se le salen como parte de una historia inconclusa. Para que se entienda daré un ejemplo fresco. Conversando le dije que me estaba aburriendo de la relación, no nos vemos, cuando nos vemos es porque yo pregunto y siempre tiene un problema que lo atrasa o lo obliga a cancelar, y no pude decir más, al solo criticar su poca disponibilidad de tiempo me respondió que "no somos compatibles" porque él no tiene tiempo y sacó a flote problemas con sus parejas anteriores. No pude decir más, intenté decirle que no quería que termináramos por un tema de tiempo, pero insistió en que no eramos compatibles. Todo lo discutimos en el chat de WhatsApp. Podría pensar que en realidad no le interesaba, que no me quería lo suficiente y que es un imbécil,pero no puedo, en las pocas semanas que estuvimos juntos me sentí querida, pero me di cuenta que tiene temas inconclusos. Le quise y le quiero, también necesito hablar de frente con él para que me aclare algunas cosas, pero no creo que vuelva a intentarlo, es la segunda vez que termina conmigo porque le teme a ciertos hechos de su pasado y yo no me siento capaz de intentar curarlo como pareja, tal vez como amiga, pero no como pareja. Y tengo que ser honesta conmigo misma, yo también tengo mis propias sombras que intento esconder, estoy estable, pero no sé por cuánto tiempo, puede que en cualquier momento me sienta incapaz de merecer el afecto de otra persona, como me pasó antes. Podría cagarlo más de lo que ya está. Pero hay que ver que pasa.

Eso, fin de esta entrada tan... random. La verdad no sé qué quería escribir, pero al fin lo hice y ordené las ideas en mi cabeza. Muchas gracias por leer, deseo volver a escribir, aunque sea estupideces o cosas sin sentido, y si alguien llegó hasta aquí, si alguien soportó este desorden, quiero agradecerle el tiempo que me dedicó. Si tienes algo que contar, algo que descargar, hazlo, sin miedo ni dudas, puedes hacerlo donde quieras, en una libreta, en Facebook, en WhatsApp o en los comentarios de este blog. Como conozco la necesidad de descargarse quiero prestar este espacio para que los demás puedan. Obviamente voy a terminar leyendo todo lo que se comente en el blog, pero no voy a criticarlo, tal vez responda y comente el asunto, pero siempre con el mismo respeto con el que se leyó mi publicación. Eso es todo, muchas gracias de nuevo por leer y ojalá tengan un buen año nuevo que está a la vuelta de la esquina.